17/6/13

Monedas Digitales Locales y Globales


Hay vida más allá del Bitcoin. Aunque es la reina indiscutible de las criptomonedas, por su dominación total del mercado y, sobre todo, por su condición de divisa descentralizada, su existencia forma parte de un movimiento social más antiguo.
 
La sociedad siempre ha tratado de crear mecanismos alternativos para formalizar intercambios comerciales.

El propio trueque, que hoy ha derivado en la variante del etrueque -una tendencia donde, precisamente, se enmarcan todas las mayoría de monedas virtuales locales- puede considerarse, en esencia, un antecedente del dinero de internet.

Hoy, son infinitas las plataformas que permiten canjear, como en un casino, el dinero convencional por algún tipo de divisa. Es un modelo que permite monetizar a los usuarios haciendo que, a cambio de dinero, puedan adquirir distintos servicios internos. Facebook lo intentó con sus Facebook Credits, pero fue un fracaso, y en 2012 fueron retirados. En otras plataformas más especializadas, como Busuu, la red social para aprender idiomas; o Badoo, una red social de contactos, funcionan con relativo éxito. En la misma línea, también Amazon lanzó hace pocas semanas su Amazon Coin, una moneda virtual interna para comprar en la tienda de la plataforma.

"Después llegó la filosofía P2P, la tendencia de los intercambios de ficheros entre personas, que originó la idea de que también se podía intercambiar valor, compensando a los que generan más información", recuerda Juan Ramón Caridad.

El modelo de redes P2P es la base de la nueva ola de monedas virtuales de carácter universal. En ellas se basa el bitcoin, pero la criptomoneda por excelencia tiene muchos hermanos pequeños, entre las que destaca litecoin. Si el bitcoin es considerado como el oro del dinero digital, litecoin sería la plata. Entre sus bondades, sus usuarios destacan la posibilidad de generar divisas con tipos de hardware mucho menos complejos. Además, su limite de emisión se ha fijado en los 84 millones de unidades, mientras que el máximo del bitcoin está en 21 millones.

Hay muchos más ejemplos, uno de los más relevantes PPCoin, una divisa que en la actualidad cuenta con un mercado de más de tres millones y medio de dólares, aunque la lista de imitadores es muy larga, con casos como Terracoin, IxCoin, Devcoin, Freicoin o I0coin. Todas ellas están basadas en el mismo modelo que el bitcoin, aunque con alguna particularidad.


Dropis, una moneda virtual creada especialmente para el intercambio de bienes y servicios que lleva tres meses operando en Italia. “Intentamos ir un paso más allá de los bancos de tiempo permitiendo que la gente pueda adquirir cosas y servicios con los Dropis que acumulan. Tenemos el ejemplo reciente de un pintor que recibió la mitad de sus honorarios en Dropis y la otra mitad en euros. Una chica vendió ropa y usó nuestra moneda para contratar a un fontanero. No estamos intentando reemplazar el euro. Se trata de crear entornos para que fluya la liquidez entre los ciudadanos”.

Hacerse con ellos requiere ofrecer servicios que te permitan acumularlos. “No se pueden comprar aunque el valor de un Dropi es equivalente a un euro”.

Más allá de lo online, si los primeros modelos de divisas sociales, como el wir, nacieron para crear sistemas monetarios alternativos, las divisas virtuales centralizadas y de carácter local persiguen el mismo objetivo. La única diferencia es que son digitales. Entre los últimos lanzamientos de este tipo destaca uno español, el drago canario, una divisa virtual -funciona con el software Cyclos que plantea la creación de un sistema monetario insular en La Palma con el fin de dinamizar la economía y reactivar el comercio, bajo el control de lo que su creador, el joven informático Carlos Pérez, ha bautizado como Dragobanco.

Igual que en el caso de los imitadores del bitcoin, existen en el mundo muchos ejemplos parecidos. Entre ellos, en España también existe el ECO, una divisa virtual barcelonesa que, como su homónima canaria, pretende potenciar el comercio local.

En términos supranacionales, es imprescindible nombrar al Sucre, una divisa virtual creada por las naciones que forman parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), con la intención de disminuir la influencia del dolar en la región. En 2012, las operaciones realizadas mediante esta divisa ascendieron a 845 millones de euros (825 millones de sucres).

 
"No se trata tanto de crear una moneda alternativa como de generar confianza. Lo complicado, por ejemplo, si hablamos del bitcoin, es que se basa en la emisión de un número limitado. Si tiene éxito, entonces cada unidad acumula demasiado valor, y deja de ser ágil. Y si no acumulan valor, pierden éxito de difusión. Puedes pensar que un tulipán vale 8.500 florines, pero si hay una crisis de confianza, entonces te das cuenta de la seguridad que aportan los bancos centrales", concluye Juan Ramón Caridad.



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