El siglo 20 fue, en
general, un periodo de casi constante decaimiento monetario.
Alrededor del 1900 la mayoría de los economistas, políticos y
banqueros habrían declarado correctamente que el capitalismo global una economía de mercado global facilitando el libre intercambio
de bienes y servicios a través de fronteras políticas y así
permitiendo la cooperación humana extensiva a través del comercio –
requería una moneda internacional, apolítica y fuerte. Tal dinero
era el oro.
Era la base de la economía
capitalista e imponía estricta disciplina sobre todos los
participantes del mercado. Crucialmente, eso incluía a los gobiernos
y los bancos. Los gobiernos tenían que operar casi como negocios
privados. Ellos tenían que mantener el balance en sus libros, es
decir, vivir dentro de los medios provistos por los impuestos, y si
tomaban prestado dinero en el mercado, sus acreedores estaban bajo
riesgo completo del default, ya que ningún gobierno podía imprimir
dinero (oro) para pagar las deudas o incluso cumplir con los pagos de
intereses sobre los préstamos.
Los bancos, por supuesto,
emitían billetes que no estaban respaldados por oro pero aun asi
usados por el público como si fueran dinero real – estos eran y
siguen siendo “derivados del dinero” – pero igual los hicieron
a riesgo completo del default ya que nadie podía imprimir las
reservas de los bancos (oro) para salvar a los bancos en caso de que
el público se cansara de los “derivados” y quisiera su oro de
vuelta.
Durante el curso del siglo
20 – o para ser preciso, desde 1914 hasta 1971 – el sistema
monetario fue cambiado completamente como consecuencia de un número
de maniobras enteramente políticas, todas ellas minando la calidad
del dinero. Hoy, la moneda fuerte internacional y apolítica ha sido
reemplazada en todos lados con una moneda elástica, nacional y
politizada, con dinero que los bancos centrales emiten dentro de un
monopolio territorial a ningún costo y sin ninguna restricción
significativa sobre la emisión, y que los bancos centrales usan para
“manejar” la economía “nacional” (en sí mismo un concepto
crecientemente pasado de moda), y para financiar al estado y hacer
crecer los bancos domésticos (los cuales, bajo la protección del
prestador de último y primer recurso, ahora emiten derivados del
dinero en cantidades sin precedentes).
Hoy el mapa monetario
global se asemeja a una labor de papeles moneda locales y
nacionalistas, siendo cada una, una herramienta política,
frecuentemente manipulada abiertamente en un intento de beneficiar a
las industrias exportadoras locales a expensas de los competidores
extranjeros o para “estimular” el etéreo concepto de “demanda
agregada”. No es sorprendente que la economía global se esté
ahogando en deuda (la deuda creciente del sector público), sufra por
un sector financiero hinchado y tensiones en el comercio
internacional, y tropiece de una crisis en otra, cada una peor que la
predecesora.
Es bizarro – pero no
sorprendente – que los políticos, banqueros y economistas modernos
e “iluminados” ahora nos digan que este desquiciado sistema
financiero existe para nuestro beneficio: en serio, confíen en
nosotros.
La verdad sea dicha, el
sistema monetario presente es un obstáculo al libre comercio, al
funcionamiento correcto del mercado, y a la cooperación humana a
través de las fronteras, y podría estar ya parado sobre una pata.
Aun así un consenso poderoso pero enteramente equivocado parece
haber sido aceptado por la opinión pública, este es que la moneda
elástica podría ser beneficiosa si la oferta de dinero fuese
manejada astutamente por algunos planificadores centrales
inteligentes.
Yo escribí Paper Money
Collapse – The Folly of Elastic Money and the Coming Monetary
Breakdown para desafiar aquél consenso, para mostrar que la
“elasticidad” de la oferta es siempre negativo para el dinero. La
moneda elástica no es necesaria. Es enteramente superflua. Es más,
la moneda elástica siempre es disruptiva. Un sistema monetario
basado sobre una oferta de dinero inherentemente elástica y en
constante expansión es inestable y sobre todo insostenible. La razón
de por la que el oro fue tan bueno como moneda durante miles de años
es precisamente que su oferta es esencialmente inelástica.
La palabra “Bitcoin”
ni siquiera aparece en mi libro. La razón es simplemente que no
había escuchado de la Bitcoin durante el tiempo en el que yo
entregué mi manuscrito final a principios del 2011. Pero cuando
aprendí sobre la Bitcoin poco después estuve inmediatamente
fascinado. Como muchos otros, yo podría concebir el “dinero de
internet” o dinero virtual. Como he explicado en el libro, el
dinero no debe existir en forma física y el hecho de que la mayoría
del dinero hoy en día sea electrónico no genera problemas para el
teórico monetario.
El problema con este tipo
de moneda no es que sea inmaterial sino que su oferta es
completamente elástica, y simplemente no puedo ver como una moneda
que no esté basada sobre un bien dado por la naturaleza y
estrictamente limitado pueda tener una oferta enteramente inelástica.
Fue la inelasticidad de la Bitcoin por diseño la cual vi
inmediatamente como una de sus grandes fortalezas y su verdadera
genialidad.
Mi trabajo rehabilita el
patrón oro. Muestra que fue un error abandonar el oro como la base
de nuestro sistema financiero y reemplazarlo con dinero estatal
enteramente elástico. Cuando el presente sistema de dinero
fiduciario finalmente termine podríamos y deberíamos retornar al
oro. La única alternativa que yo veo, al menos en un nivel puramente
conceptual, es la Bitcoin, o algo como la Bitcoin: moneda fuerte,
apolítica, inmaterial y virtual.
La Bitcoin es oro
criptográfico
Ya la mayoría de los
lectores probablemente hayan escuchado de la Bitcoin y tienen cierta
noción de lo que es. Pero de cualquier forma, déjenme darles un
rápido pantallazo. El economista Nikolay Gertchev, en un blog del
website del Mises Institute, lo explica bastante bien, sin embargo
Gertchev, como muchos otros miembros del movimiento
“Austro-Libertario”, mantiene de alguna manera sus reservas
cuando se trata de abrazar la Bitcoin. Me sorprende el grado de
escepticismo en dicha comunidad y creo que en general está
infundada. Pero, primero la descripción:
Una bitcoin es una
unidad de moneda virtual no material, también llamada cripto-moneda.
(Bitcoin es un medio de intercambio que solo existe en el mundo
virtual). Estos son almacenados en “billeteras electrónicas”
anónimas, descritas por una serie de 33 letras y números. La
Bitcoin puede viajar de una billetera a otra, por medio de una red de
transaccion online peer-to-peer. Cualquier transferencia entre
billeteras es registrada en el código de la bitcoin, así el
registro de su historia entera de transacciones claramente identifica
a su dueño en cualquier momento, previniendo así conflictos
potenciales de propiedad. Las Bitcoins pueden ser divididas en partes
tan pequeñas como 100 millonésima de bitcoin. El sobresaliente
volumen actual de bitcoins está por encima de 10 millones y se
proyecta que alcanzará los 21 millones en el año 2140.
Esto nos lleva al
verdaderamente fascinante proceso de production de las bitcoins.
Ellas son “extraídas” en base a un algoritmo matemáticamente
definido, y vienen en un puñado, actualmente 25 unidades, como una
recompensa por llevar a cabo un largo número de operaciones
computarizadas que apuntan a descubrir la solución a lo que podría
ser descrito como un rompecabezas matemático aleatorio. El rol del
algoritmo es asegurar un declinante progreso del stock acumulado de
bitcoins, dividiendo a la mitad la recompensa cada cuatro años. Por
lo tanto, en algún momento a principios del 2017, la recompensa
consistirá en 12,5 unidades solamente. Además, cuantas más
bitcoins son producidas, más difíciles de resolver se vuelven los
rompecabezas matemáticos producidos aleatoriamente.
La Bitcoin es dinero
inmaterial, aun así su oferta está estrictamente limitada. Una vez
que las 21 millones de unidades existan, probablemente en el 2140,
eso será todo. No más bitcoins podrán ser emitidas. De hecho, la
oferta de Bitcoin es más inelástica que la oferta de oro. Además,
la oferta disponible de Bitcoin en cualquier momento del tiempo es
sustancialmente más transparente que la del oro.
Si la Bitcoin alguna vez
se vuelve dinero por sus propios medios (como podria hacerlo, lo
mencionaré más abajo), entonces sería dinero internacional, fuerte
y enteramente inelástico.
Como el oro, no se
deteriora, es homogéneo y (casi) perfectamente divisible. La Bitcoin
cumple con todos los requerimientos de una buena moneda. A la larga,
el oro no tiene que temerle al dinero fiduciario, el cual es siempre
subóptimo ya que siempre esta nacionalizado, politizado, manipulado
y es inestable e inflacionario. Por mil años, el papel moneda de los
estados ha ido y venido. El oro (y la plata) se quedaron. El oro sólo
tiene que sentarse y esperar para que el ultimo, mas audaz y
arrogante, experimento con papel moneda global y de libre flotación
falle, y él volverá. Pero ahora hace frente, potencialmente, a su
primer contrincante significativo: La cripto-moneda inelástica, la
Bitcoin.
Moneda de ninguna
autoridad
No hay una autoridad
central que emita Bitcoin y que pueda manipular su oferta para su
propia ganancia o para algún “bien común” de la sociedad.
Positivamente vergonzosos, aunque a veces inintencionalmente
graciosos, son los embarazosos intentos, mediante portavoces del
establishment, para desacreditar a la Bitcoin en base a que, a
diferencia de todas las monedas fiduciarias astutamente manejadas por
el estado, la Bitcoin no estaría perdiendo constantemente su poder
adquisitivo. De hecho, como en el caso del oro, podría esperarse
razonablemente que el poder adquisitivo de la Bitcoin se apreciará
constantemente en el tiempo.
Pero, aun así escuchamos
a varios economistas “iluminados” de la idea Keynesiana exclamar
con horror que eso significa que todos sufriremos la terrible
deflación, de la cual solo una elite de altamente calificados
burocratas del banco central designados por el gobierno y una bien
aceitada máquina de imprimir billetes pueden salvarnos. Aparte del
hecho de que estos auto-proclamados amos del dinero no tienen ni la
correcta teoría económica ni la experiencia de mil años de
historia financiera, ellos obviamente ni siquiera comprenden qué
tanto su sistema de dinero manipulado ya se ha desacreditado a sí
mismo.
La moneda inelástica
puede satisfacer cualquier demanda
Como he explicado en Paper
Money Collapse, ninguna sociedad (ni siquiera una creciendo
sanamente) necesita una constante expansión de la oferta de dinero.
El dinero es un bien económico único. Debido a que es el medio de
intercambio, el dinero es el único bien que es demandado
exclusivamente por su valor de intercambio, no por ningun valor de
uso que contenga en su sustancia (si tiene alguna en absoluto).
Nadie que haya demandado
dinero ha demandado una cierta cantidad de notas en papel, o cierto
peso de oro, o cierto numero de digitos de un disco duro de una
computadora. Los usuarios de dinero demandan el valor de intercambio
que estos artículos contienen a cambio de otros bienes y servicios,
es decir, que sean aceptados por otros como dinero. La demanda de
dinero es siempre una demanda por un ya existente poder adquisitivo.
Una vez que un bien es
ampliamente aceptado como medio de intercambio (sea este bien oro,
papel, o sequencias digitales de unos y ceros), el público puede, en
cualquier momento del tiempo, retener precisamente la cantidad de
dinero – el ya existente poder adquisitivo – que quiera retener.
Si la demanda por dinero sube, el público venderá bienes por dinero
o reducirá los gastos de dinero por bienes. Como resultado, los
precios monetarios de los bienes caerán y el poder adquisitivo de
cada unidad monetaria (ya sea oro, papel o un código digital)
subirá. Este proceso satisface – automática, instantánea y
naturalmente – la más alta demanda por dinero.
El público ahora retiene
más poder adquisitivo ya existente en forma de dinero, no porque un
productor de dinero inteligente y cuasi-profético haya creado nuevas
unidades de dinero, sino simplemente y sin rodeos, porque el valor de
intercambio del stock de dinero existente ha incrementado.
Una vez que un bien es
ampliamente aceptado como dinero, ninguna producción adicional de
ese bien es requerido. De hecho, como yo también demostré en Paper
Money Collapse, cualquier intento de inyectar dinero flexiblemente en
la economía para “estabilizar” el poder adquisitivo del dinero
(o, como la política declarada de hoy, devaluarlo constantemente a
un ritmo oficialmente establecido), no sólo debe fallar en su
objetivo primario (estabilidad del nivel de precios) sino que debe
causar graves distorsiones en todo el ancho de la economía.
Más aún, la deflación
firme y secular que debe de esperarse bajo una moneda inelástica,
como el oro o la Bitcoin, no solo no es económicamente disruptiva,
es incluso benéfica. Solo consideren un aspecto: ya que el dinero
tendría una moderada rentabilidad positiva, la gente que no tenga
conocimiento de los mercados financieros y de inversión, y que no
tienen los recursos para contratar consejeros profesionales, pueden
ahorrar simplemente reteniendo dinero. Esto es imposible en nuestra
economía de moneda fiduciaria de constante inflación y creciente
inestabilidad monetaria.
Verdaderamente
internacional
Ya que la Bitcoin no tiene
una autoridad de emisión, no tiene país de residencia u origen. Es
dinero verdaderamente global. Puede ser usado para pagos en cualquier
lugar del mundo sin tener que ir a través de sistemas bancarios o
mercados extranjeros de intercambio. Es innegable que la multitud de
papel moneda locales posee una considerable restricción al libre
comercio y por lo tanto al aumento de los estándares de vida en
amplias partes del mundo ya que este sistema necesariamente introduce
un elemento de trueque parcial dentro de las relaciones de comercio
internacional.
Los mercados extranjeros
de intercambio masivos de hoy no son otra cosa que una improvisación,
una muleta para lidiar con los arreglos subóptimos y motivadamente
politizados de varias monedas locales. Este mercado ata al capital
(ambos humano y financiero) sin agregar ninguna riqueza real a la
sociedad.
Si la Bitcoin se acepta
ampliamente – y ese es un gran “si” – podría convertirse en
una gran plataforma para conectar potencialmente a dos contrapartes
cualesquiera en el mundo en transacciones financieras directas. Es el
más importante desintermediador: no se necesitarían bancos.
A estas alturas podría
ser objetado que solo conecta a la gente que tiene acceso a internet
o a smartphones pero esta es una barrera que se encoge rápidamente.
En mis viajes en África el año pasado, descubrí que el acceso a
internet estaba usualmente más presente que las filiales de los
bancos. Y a propósito, Kenya y Tanzania ya tienen M-Pesa, el sistema
de pago móvil más desarrollado del mundo que usa una red de
teléfonos celulares para facilitar transferencias de dinero. Estos
países podrían fácilmente hacer la transición a sistemas de pago
basados en smartphones sin tener que sufrir los rodeos y vueltas a
través de redes bancarias torpes.
Sobre el asunto de atar
capital, la Bitcoin gana sin hacer esfuerzo contra cualquier otro
sistema financiero, incluyendo el patrón oro. La Bitcoin no necesita
ningún almacenaje físico, el cual naturalmente es siempre caro. La
Bitcoin es materia prima monetaria y sistema de pago todo en uno.
(Aunque, fascinante, el libre mercado ya ha creado Bitcoins físicas.)
El dinero requiere
confianza. Nosotros en el presente no vivimos bajo un patrón oro
pero, como Jim Grant, un doctorado en filosofía, ha observado tan
astutamente, un sistema de dinero flexible y patrocinado por el
estado, manipulada por gente como Ben Bernanke y su equipo en la Fed,
quienes disfrutan del privilegio de implementar políticas basadas
sobre sus teorías monetarias equivocadas y hacen interpretaciones
espeluznantes sobre historia económica, mientras una clase de
especuladores adicta al dinero barato los mueve a ellos en su trampa
y ríe de camino al banco.
La justificación para el
oro ha sido siempre que no requiere que el público ponga la
confianza en una élite monetaria sino que sólo tiene que confiar en
el creador del oro: la madre naturaleza. Con las Bitcoins solo tienes
que confiar en el algoritmo, y como este es un software abierto, no
puede haber una agenda escondida. La Bitcoin, como un correcto patrón
oro, es dinero fuerte, capitalista, sin política, sin reuniones del
Federal Open Market Committee, sin política monetaria, sin
burocracia bancaria central. Es moneda de libre mercado.
Las objeciones comunes
a la Bitcoin
Dadas sus dotes de libre
mercado y de moneda fuerte, el escepticismo hacia la Bitcoin de parte
de la comunidad Austro-Libertaria es de alguna manera sorprendente.
Pienso que algunas de las objeciones son fácilmente refutables.
Existe, primero que todo, la idea de que la Bitcoin podría tener
muchos imitadores, los cuales minarían su unicidad y reduciría su
atractivo. Si la Bitcoin misma no puede ser inflada, ¿qué pasa con
el concepto de las cripto-monedas? ¿podrían ser infladas por
demasiadas monedas diferentes ofertadas?
Este argumento me parece
débil. Debido a que el diseño y robustez criptográfica de la
Bitcoin es un logro excepcional. No es posible que un hacker de
talento medio pudiera inventar algo similar mañana. Pero incluso si
pudiera, el argumento subestima completamente la ventaja de ser el
primero en el área de los bienes y servicios con los efectos
sustanciales de la red. ¿Cuántas personas han lanzado un segundo
Facebook o Twitter desde que estas invenciones causaron sensación en
los medios sociales? – Nadie. Aunque no tecnológicamente, estos
inventos son mucho más simples que la cripto-moneda.
Los efectos de la red en
estos bienes son inmensos, una vez que la gente acepta que es
difícil, sino imposible, para nuevos competidores hacerse lugar.
Estos bienes y servicios tienen valor para sus usuarios
predominantemente porque otros los usan también, y cuanto mas gente
los use, mas valuados se vuelven. No hay ningún bien para el que
esto sea más cierto que el dinero – el medio general de
intercambio. El dinero personalizado es un oxímoron.
Consecuentemente, una vez que una forma de dinero es aceptada, es muy
difícil apartar a los negocios de ella.
Este aspecto del dinero e
obviamente un problema para la Bitcoin en su lucha contra el papel
moneda establecido por el estado pero es al mismo tiempo una gran
ventaja cuando se trata de mantener a raya a potenciales nuevos
competidores. La Bitcoin ahora domina el mercado para las
cripto-monedas (prácticamente ES el mercado de cripto-monedas, en mi
opinión) y creo que sólo el descubrimiento de fallas significativas
en la Bitcoin o si alguna cripto-moneda bastamente superior
apareciera, aunque me gustaria saber en qué aspecto podría ser
mejorada la Bitcoin. Pero, solo lanzando otra cripto-moneda – un
clon de la Bitcoin – ciertamente no se va a rivalizar con la
Bitcoin.
Menger y Mises hubieran
adorado la Bitcoin
Muchos Austriacos reniegan
de la Bitcoin debido a la teoría de Menger sobre el origen del
dinero y el así llamado “teorema de la regresión” de Mises, y
de alguna manera concluyen que la Bitcoin nunca podrá lograr el
status de dinero porque no se originó de un bien que no era dinero
originalmente. Mises estaba en lo correcto cuando declaró que algo
se podía convertir en dinero si tenía algún valor en el comercio
antes de que fuera usado por alguien como un medio de intercambio por
primera vez.
Porque si esto no hubiera
sido así, ¿cómo pudo la primera persona en emplear el bien como
dinero tener algún punto de referencia por el cual reconocer su
valor y determinar su valor de intercambio para la primer transacción
monetaria? Sin embargo, este teorema, que continúa irrefutado en mi
opinión, no se aplica a la Bitcoin. La Bitcoin simplemente puede
copiar a establecidas formas de dinero que ya tienen valor de
intercambio y derivar su valor original de ellas antes de que, a la
larga, desarrolle su propio valor.
Lo mismo ha pasado, de
hecho, en el caso del papel moneda. Las notas de papel que son usadas
como dinero hoy no comenzaron a ser aceptadas ampliamente como
instrumentos monetarios empezando como bienes o commodities – es
decir, como mero papel – sino que comenzaron como papeles que
acreditaban oro físico. El oro era dinero y el papel simplemente una
tecnología para transferir la propiedad del oro.
Cuando el primer billete
bancario fue usado no obtenía su valor de intercambio del contenido
en papel sino del hecho de que podía ser intercambiado por una
cantidad establecida de oro. Ese fue el punto de referencia necesario
– de acuerdo con el teorema de la regresión de Mises. El papel
moneda comenzó como una tecnología de pago y como el público se
acostumbró a pagar con papel en lugar de con monedas de oro y barras
de oro, el contenido de respaldo en oro pudo ser reducido con el
tiempo y al final el vínculo con el oro fue erradicado. ¿Qué le da
valor a este papel moneda de hoy? – El hecho de que el público aún
acepta estos tickets de papel a cambio de bienes y servicios. Eso es
todo. Y de hecho, es todo lo que se necesita.
Cualquier forma de dinero
– incluso el oro, el cual aún conserva cierta funcionalidad como
commodity industrial o como bien de consumo (joyería), aunque esa
funcionalidad es ahora irrelevante para su rol como instrumento
monetario – cualquier forma de dinero obtiene su valor en dinero,
del comercio del público y de la voluntad del público para
intercambiar el instrumento monetario por bienes y servicios.
Y aquí yace de hecho el
más grande reto para la Bitcoin. Sin embargo, este reto no es de
naturaleza conceptual. El concepto de Bitcoin como dinero es, como he
tratado de demostrar más arriba, extremadamente irresistible. Pero
la Bitcoin tiene que ofrecer algo al usuario promedio de dinero que
el papel moneda del estado no puede ofrecer. Igual que el billete
bancario otorgaba un beneficio instantáneo y discernible para cada
usuario de dinero relativo a monedas de oro, que le permitía
convertirse en un medio de intercambio ampliamente usado por propio
derecho e incluso llegando a operar sin ningún vínculo con el oro,
así la Bitcoin tiene que ponerse aparte del dinero fiduciario y
superar la poderosa red de ventaja del dinero fiduciario.
El hecho de que el dinero
fiduciario sea subóptimo en términos de sus características
inflacionarias y sus efectos disruptivos en el ancho de la economía
no es algo que moleste al usuario promedio de dinero. Por el momento
él desea involucrarse en transacciones monetarias, y lo hace de
forma tan conveniente, segura y fácil como le es posible. El sistema
de papel moneda del estado de hoy ofrece “dinero computarizado”
fácilmente utilizable y el público en general todavía está feliz
de usarlo.
¿Por
qué cambiar a la Bitcoin?
¿Será aceptada la
Bitcoin por la mayoría del público?
Es mi impresión de que la
comunidad de usuarios de la Bitcoin, que aunque aparentemente crece,
sigue estando compuesta en general por aquellos quienes están
fascinados por la tecnología como tal y quienes quieren ser parte de
algo nuevo, y aquellos a quienes les gusta por razones “ideológicas”,
es decir, aquellos quienes detestan el papel moneda del estado o no
les gusta el sistema bancario. Por lo tanto, aparentemente sigue
habiendo un gran contingente de “nerds” de computadoras, hackers,
cripto-anarquistas, libertarios anti-gobierno y de la gente que ocupa
Wall Street, entre los usuarios (lo cual no significa que no haya
muchos que no califiquen en cualquiera de estas categorías). ¿Cómo
podría la Bitcoin atraer una base más amplia de consumidores de
dinero más allá de estos grupos?
Un aspecto poderosos es el
costo. Las transacciones de Bitcoin son gratis, así que la Bitcoin
podría convertirse – o podría yá serlo – el Skype de los
sistemas de pago. Otra atracción podría ser simplemente el
usualmente razonable, y con algún esfuerzo potencialmente
considerable, la anonimidad e irrastreabilidad que la Bitcoin ofrece.
Este parece ser un asunto de debate acalorado. En una mano, la
Bitcoin es increíblemente transparente. Todas las transacciones
están literalmente en dominio público. Sin embargo, cada “usuario”
es sólo identificado por su “dirección” y el número de
“direcciones” es prácticamente ilimitado.
Uno podría usar una nueva
dirección para cada transacción. Esto podría no significar
irrastreabilidad instantánea de “las autoridades” pero aun así,
ciertas técnicas y add-ons, algunas de las cuales aún están siendo
desarrolladas, tienen el potencial para incrementar el anonimato y la
irrastreabilidad incluso más. Adicionalmente, es posible adquirir la
Bitcoin por dinero – en lugar de vía los establecidos intercambios
ya regulados – y por lo tanto anónimamente.
Esto significa que la
Bitcoin podría ser usada, como es ya criticada frecuentemente, para
transacciones ilegales involucrando drogas y armas. Pero la gente no
tiene porque ser traficantes de drogas o armas, o incluso evasores
fiscales, para apreciar un cierto grado de privacidad financiera.
Mientras las leyes de privacidad bancaria estén desapareciendo en
todos lados y casi todos los gobiernos estén librando una “guerra
contra el efectivo”, cualquier transacción que involucre más que
sólo un centavo debe ser movido a sistemas electrónicos dentro de
la red de dinero fiduciario del estado, para que las autoridades
logren la completa “transparencia” de qué es lo que la
ciudadanía está haciendo en cualquier momento. Por ello, podría
haber una amplia demanda de sistemas de pago electrónicos “externos”
ofreciendo privacidad.
Por ejemplo, existe un
rango de “actividades” involucradas en lo que puede no ser, o aún
no es, ilegal pero es considerado una potencial vergüenza para las
partes involucradas si se hiciera publico (el juego, la pornografia,
la prostitución), y mucha gente no querría que su pago por ellas
quedara en registros permanentes. Este potencial desarrollo no carece
de ironía: Nuestra sociedad de información moderna, la cual tiende
hacia el ciudadano transparente y el ilimitado almacenaje de datos,
mantiene muchas amenazas a la sociedad libre, a la privacidad y
libertad individual. No sería raro si los contramovimientos hacia
esta tendencia emanaran desde la misma tecnología.
Un adicional impulso a la
Bitcoin puede venir directamente desde la infraestructura misma del
papel moneda del estado. Los casos de Islandia y en particular Chipre
han llevado a casa la idea de que “el dinero en el banco” está
lejos de estar seguro, e incluso si tus depósitos han sobrevivido al
colapso del banco y la refinanciación, no podrás sacarlos fuera del
país en el futuro cercano ya que los controles de capitales serán
probablemente impuestos.
Mientras la sobrecargada
economía del papel moneda se tambalea hacia su inevitable fin, mas
de estas instancias ocurrirán proveyendo una apertura adicional para
la Bitcoin. Hasta donde llega mi conocimiento las Bitcoins no pueden
ser confiscadas y las cuentas de Bitcoin no pueden ser congeladas.
Adicionalmente, tú mismo almacenas Bitcoin en lugar de ponerlos en
un banco de reserva fraccionaria que convenientemente las usaría
como “reservas” para su propia producción de dinero.
¿Cuánto valen las
Bitcoins?
Estoy de acuerdo con Jon
Matonis en que nadie puede dar una respuesta razonable excepto que el
resultado es probablemente binario: o bien la Bitcoin falla y las
Bitcoins individuales terminan siendo inservibles; o bien la Bitcoin
despega y las Bitcoins valen cientos de miles de dólares, yenes
euros y libras en papel. Quizás mas. Aquellos que compran Bitcoin
como una inversión especulativa deberían considerarlo una opción
en el futuro éxito de la cripto-moneda. Al momento de escribir, las
Bitcoins se comercian a US$127 o £83 en Bitcoin-exchange Mt. Gox.
En una nota personal, mi
más grande instrumento personal continúa siendo el oro físico.
Como expliqué en numerosas ocasiones, considero que el oro es el
instrumento de defensa propia esencial en esta crisis del papel
moneda. El oro no esta siendo usado en el presente por el público en
general como un medio de intercambio tampoco, pero sus dos mil años
de historia como dinero global significa que conserva un status de
activo monetario y que su función histórica como un almacenaje de
valor líquido y durable – una función que el dinero fiduciario no
puede cumplir – permanece sin rival. En comparación, la nueva
cripto-moneda Bitcoin tiene que ganarse primero su categoría como
activo monetario probando que puede ser un medio de intercambio
“común”. Este es el porqué de que yo vea a la Bitcoin muy
diferente del oro, a pesar de que el atractivo de ambas tiene su
origen en la muerte del dinero fiduciario estatal que es enteramente
elástico y está politizado. Voy a seguir la revolución de la
Bitcoin con interés y simpatía.
Mientras tanto, la
vergüenza del papel moneda continua.
Fuente : miseshispano
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