8/8/13

Bitcoin no Desplazara Monedas Corrientes

El anonimato de las transacciones y la independencia de bancos centrales y estados que caracterizan la operativa de la divisa digital son incompatibles con las normas internacionales.

 
¿Confiarían los ciudadanos en una moneda no respaldada por ninguna institución o empresa conocida? ¿A quién pedir cuentas en caso de un fallo en el sistema? 
  
Según su última cotización, un bitcoin tiene un valor en el mercado equivalente a 79,824 euros, a 106,23 dólares o a 69,264 libras esterlinas. Se calcula que existen 11,5 millones de bitcoins en circulación en todo el mundo, con un valor aproximado de unos 2.500 millones de dólares (cerca de 1.900 millones de euros); que el número de transacciones diarias en esta denominación supera las 43.000 y que son ya miles las empresas que aceptan esta divisa virtual como medio de pago.

Por si aún no la conoce, bitcoin es una moneda electrónica con la que se pueden intercambiar bienes y servicios a través de internet.

No tiene un soporte físico, aunque se puede intercambiar por otras divisas como euros o dólares; y no está controlada por ningún Gobierno, banco o entidad financiera sino que son los propios usuarios los que, con sus transacciones, determinan la cantidad de bitcoins en circulación y hacen fluctuar su valor de mercado.

Desde su creación en 2009, con el objetivo original de crear un mecanismo no monetario (en el sentido estricto del término) para valorar el intercambio de servicios entre desarrolladores web y de software, su implantación global no ha parado de crecer y hoy es moneda aceptada de cambio en numerosos establecimientos.
  
La cuestión es: ¿conseguirá bitcoin convertirse en la alternativa digital que conseguirá desbancar a las divisas tradicionales? Según un informe de BBVA Research, no faltan motivos para pensar que la moneda digital acabará desplazando a las actuales divisas convencionales, pero no está nada claro que sea bitcoin la que provoque ese movimiento de placas tectónicas en el sector financiero. ¿Por qué? Por estas cinco razones.

1. Está sujeta a una gran volatilidad. Ser un sistema descentralizado, cuyo funcionamiento no está controlado por ningún banco central ni ningún gobierno nacional tiene sus ventajas, "la economía de las personas", como defienden los promotores de bitcoin, pero también inconvenientes.

La crisis bancaria de Chipre desencadenó una adquisición descontrolada de bitcoins que disparó su valor un 600% y, de paso, puso de manifiesto la extraordinaria exposición de esta divisa virtual a los movimientos especulativos... y, por consiguiente, las dudas que genera como instrumento de acumulación de valor, una de las características esenciales de cualquier moneda.

2. Implantación limitada como moneda de cambio. Hoy se cuentan por decenas en España y por miles en todo el mundo los establecimientos que aceptan bitcoin como moneda de cambio, e incluso grandes empresas como el gigante americano de la distribución Wall Mart o Seven-Eleven comercian con esta divisa virtual. Sin embargo, su implantación continúa siendo muy restringida.

3. Sin respaldo del sector financiero tradicional. Algunos bancos han comenzado a ofrecer bolsas específicas a sus clientes para operar con bitcoins, principalmente a demanda de éstos. Sin embargo, la implicación de la banca tradicional en el entorno de esta divisa ha sido marginal. Influye en esto el propio diseño de la moneda electrónica que garantiza el anonimato en las transacciones, algo que dificulta la gestión del riesgo operativo, legal e incluso de la morosidad en el crédito.

Además, es incompatible con los controles legales de los estados en materia de financiación del terrorismo o blanqueo de capitales. Esto ya ha generado algún problema en Estados Unidos, donde el Departamento de Seguridad Nacional ya ha obligado a embargar alguna cuenta bancaria vinculada a transacciones en bitcoins.
  
4. Falta de apoyo institucional. Estas lagunas en materia de control hacen difícil que bitcoin consiga el respaldo institucional necesario para convertirse en una divisa de uso común. Porque, como se preguntan los investigadores de BBVA Research, ¿confiaría usted en una moneda respaldada por un desarrollado completamente desconocido? ¿guardaría sus ahorros en un monedero digital sin la cobertura, por ejemplo, del fondo de garantía de depósitos, que le garantiza 100.000 euros en caso de quiebra de su entidad? ¿a quién se responsabilizará en caso de un fallo del sistema?

5. El problema de la confianza. Todas esas preguntas nos llevan a una cuestión clave: confiarían los ciudadanos en una moneda digital como bitcoin. "Para que las monedas digitales tengan éxito deben garantizar plena confianza y eso implica necesariamente el reconocimiento de los gobiernos y las instituciones financieras", asegura el informe del servicio de estudios de BBVA.

Tal vez no sea bitcoin, pero parece claro que la moneda digital es el futuro del sector financiero. "Es más fácil de manejar que el dinero en metálico, los cheques o las tarjetas de plástico, se puede llevar en dispositivos móviles u ordenadores de mano, abarata el coste de las transacciones...La aceptación mundial de una moneda digital estimularía las transacciones internacionales y aumentaría la oferta de servicios financieros para una mayor número de personas", concluye el informe de BBVA.

"La moneda digital está trastocando el dinero convencional al igual que ésta desplazó a las monedas basadas en materias primas, y éstas, a su vez, reemplarazon al trueque"



Fuente :  lainformacion


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