9/5/13

Desventajas de la Suscripción a Servicios en Internet

Todo se inició décadas atrás, cuando periódicos y revistas comenzaron a utilizar un modelo de suscripciones donde el cliente pagaba un monto fijo de dinero para adquirir el producto cada cierto tiempo, recibiéndolo en la puerta de su hogar u oficina. 


 
  Internet no es la excepción. Porque cobrarle una cuota mensual al cliente para darle servicios durante uno o más meses parece ser una buena fórmula que presenta ventajas – y algunas desventajas – a los usuarios, en una industria que busca de manera desesperada conseguir algo de dinero a cambio de sus contenidos en la red.

Total dependencia a Internet
Si bien tener los datos en la nube de Internet los hace accesibles desde cualquier lugar, supone la omnipresencia de una conexión de datos como requisito fundamental para disfrutar los contenidos adquiridos. ¿Y si no hay conectividad? No se puede escuchar música, ni ver películas o acceder a los documentos. Servicios no tan dependientes como aplicaciones al estilo Photoshop pueden seguir accesibles incluso estando fuera de línea, sin embargo, la mayoría de las suscripciones son por material de entretenimiento que no queda instalado en nuestro dispositivo de manera permanente.

Otro punto relevante es el de la velocidad de Internet. Porque si no estamos en un lugar con buena señal para el plan de datos del smartphone, la conectividad WiFi no es lo suficientemente fuerte o simplemente no tenemos acceso a redes de alta velocidad, será muy difícil hacer una transmisión en tiempo real de una película en alta resolución, como ofrece Netflix.

No existe la propiedad
Accediendo a todo desde la red sólo cuando lo necesitamos, no existe un sentimiento de pertenencia sobre lo que pagamos, transformándose en contenido desechable. Las películas en Netflix están disponibles sólo hasta que se acaba la suscripcion, al igual que la música y otros contenidos. Por otro lado, si pagamos cuotas por Microsoft Office, cuando se acaba el período de suscripción el producto ya no es nuestro y no lo podemos seguir utilizando. Con este sistema nada es realmente nuestro y todo tiene fecha de vencimiento.

Una gran desventaja asociada es el cierre a la posibilidad de compartir contenidos. Prestar un disco compacto o DVD con una buena película sería cosa del pasado bajo este sistema de pago mensual, ya que el acceso al servicio es intransferible.

Lo que compras ya está gratis
Una de las primeras aplicaciones que se le dio a Internet fue el compartir música y películas. Más tarde llegó la piratería. Y la prensa independiente, por la que no hay que pagar. Todos estos elementos suponen una alternativa a servicios por los que hoy se puede abrir la billetera, pero que pueden ser conseguidos sin sacar la tarjeta de crédito vía otros medios informales, en una práctica tan antigua como la Internet misma.

Catálogo limitado de contenidos
Específicamente en el caso de proveedores de multimedia, el catálogo de contenidos está limitado a lo que empresas como Spotify o Netflix puedan conseguir, no estando disponible “toda la música del mundo”. Porque ellos llegan a acuerdos comerciales con las casas discográficas y estudios de cine para distribuir música y películas a un costo fijo mensual, dándose la posibilidad de que mucho de lo que busquemos no esté en línea.








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