Los internautas acuden a las
tecnologías que aseguran el anonimato en la Red después de que se
reveló que EE.UU. realiza espionaje a gran escala en Internet.
Borrar los datos. Ocultar las huellas
de la búsqueda. Enviar mensajes que se autodestruyen. Estas
precauciones, más propias de James Bond, son cada vez más comunes
entre los internautas desde que se reveló la existencia del programa
estadounidense PRISM para monitorear Internet.
"Creo que la noción de lo que es paranoia irracional ha cambiado en el último par de semanas", dijo Alex Stamos, consultor de seguridad de NCC Group, que se autodefine como un "'hacker' de sombrero blanco", es decir, un 'hacker' que sigue procedimientos éticos para proteger sistemas de seguridad informática.
"Creo que la noción de lo que es paranoia irracional ha cambiado en el último par de semanas", dijo Alex Stamos, consultor de seguridad de NCC Group, que se autodefine como un "'hacker' de sombrero blanco", es decir, un 'hacker' que sigue procedimientos éticos para proteger sistemas de seguridad informática.
Crecen las cifras de usuarios que
buscan privacidad
Ha crecido drásticamente la cantidad
de internautas que utilizan el buscador DuckDuckGo, que no
guarda las direcciones IP de sus usuarios. Desde que se supo de la
participación de empresas como Google en el programa PRISM, "la
gente está buscando alternativas", comenta el fundador del
buscador, Gabriel Weinberg.
"Ningún representante de los servicios de seguridad nos ha exigido datos de los usuarios pero, si lo hacen, no los van a obtener", dijo Weinberg.
Han aumentado también las descargas de Wickr, una aplicación que destruye mensajes enviados a dispositivos móviles. "La gente quiere más seguridad y se va de Skype", dice Nico Sell, la fundadora de Wickr.
"Ningún representante de los servicios de seguridad nos ha exigido datos de los usuarios pero, si lo hacen, no los van a obtener", dijo Weinberg.
Han aumentado también las descargas de Wickr, una aplicación que destruye mensajes enviados a dispositivos móviles. "La gente quiere más seguridad y se va de Skype", dice Nico Sell, la fundadora de Wickr.
Vencidos con sus propias armas
Paradójicamente, algunas de las
herramientas de protección del anonimato surgieron de programas
financiados por el Gobierno estadounidense para ayudar a los
habitantes de países autoritarios a evitar el control estatal sobre
sus actividades.
Borrar los datos. Ocultar las huellas
de la búsqueda. Enviar mensajes que se autodestruyen. Estas
precauciones, más propias de James Bond, son cada vez más comunes
entre los internautas desde que se reveló la existencia del programa
estadounidense PRISM para monitorear Internet.
"Creo que la noción de lo que es paranoia irracional ha cambiado en el último par de semanas", dijo Alex Stamos, consultor de seguridad de NCC Group, que se autodefine como un "'hacker' de sombrero blanco", es decir, un 'hacker' que sigue procedimientos éticos para proteger sistemas de seguridad informática.
"Creo que la noción de lo que es paranoia irracional ha cambiado en el último par de semanas", dijo Alex Stamos, consultor de seguridad de NCC Group, que se autodefine como un "'hacker' de sombrero blanco", es decir, un 'hacker' que sigue procedimientos éticos para proteger sistemas de seguridad informática.
Crecen las cifras de usuarios que
buscan privacidad
Ha crecido drásticamente la cantidad
de internautas que utilizan el buscador DuckDuckGo, que no
guarda las direcciones IP de sus usuarios. Desde que se supo de la
participación de empresas como Google en el programa PRISM, "la
gente está buscando alternativas", comenta el fundador del
buscador, Gabriel Weinberg.
"Ningún representante de los servicios de seguridad nos ha exigido datos de los usuarios pero, si lo hacen, no los van a obtener", dijo Weinberg.
Han aumentado también las descargas de Wickr, una aplicación que destruye mensajes enviados a dispositivos móviles. "La gente quiere más seguridad y se va de Skype", dice Nico Sell, la fundadora de Wickr.
"Ningún representante de los servicios de seguridad nos ha exigido datos de los usuarios pero, si lo hacen, no los van a obtener", dijo Weinberg.
Han aumentado también las descargas de Wickr, una aplicación que destruye mensajes enviados a dispositivos móviles. "La gente quiere más seguridad y se va de Skype", dice Nico Sell, la fundadora de Wickr.
Vencidos con sus propias armas
Paradójicamente, algunas de las
herramientas de protección del anonimato surgieron de programas
financiados por el Gobierno estadounidense para ayudar a los
habitantes de países autoritarios a evitar el control estatal sobre
sus actividades.
Una de las herramientas más conocidas
es el navegador TOR (The Onion Router), creado por militares de
EE.UU., que permite ocultar las direcciones IP y evitar el control
del Gobierno o de las empresas comerciales que quieren hacer
publicidad personalizada.
El servicio TOR respeta la privacidad de sus clientes y se niega a ayudar a las autoridades que lo solicitan.
"Protegemos a nuestros clientes incluso de nosotros mismos; nunca guardamos los datos para identificar a nuestros usuarios", dice Karen Reilly, directora de desarrollo de la organización.
"Los delincuentes son siempre los primeros en adoptar nuevas tecnologías", admite Reilly, y añade que, si no existieran los programas para conseguir el anonimato, estos "encontrarían otro método" de todas formas.
El servicio TOR respeta la privacidad de sus clientes y se niega a ayudar a las autoridades que lo solicitan.
"Protegemos a nuestros clientes incluso de nosotros mismos; nunca guardamos los datos para identificar a nuestros usuarios", dice Karen Reilly, directora de desarrollo de la organización.
"Los delincuentes son siempre los primeros en adoptar nuevas tecnologías", admite Reilly, y añade que, si no existieran los programas para conseguir el anonimato, estos "encontrarían otro método" de todas formas.
Una de las herramientas más conocidas
es el navegador TOR (The Onion Router), creado por militares de
EE.UU., que permite ocultar las direcciones IP y evitar el control
del Gobierno o de las empresas comerciales que quieren hacer
publicidad personalizada.
El servicio TOR respeta la privacidad de sus clientes y se niega a ayudar a las autoridades que lo solicitan.
"Protegemos a nuestros clientes incluso de nosotros mismos; nunca guardamos los datos para identificar a nuestros usuarios", dice Karen Reilly, directora de desarrollo de la organización.
"Los delincuentes son siempre los primeros en adoptar nuevas tecnologías", admite Reilly, y añade que, si no existieran los programas para conseguir el anonimato, estos "encontrarían otro método" de todas formas.
El servicio TOR respeta la privacidad de sus clientes y se niega a ayudar a las autoridades que lo solicitan.
"Protegemos a nuestros clientes incluso de nosotros mismos; nunca guardamos los datos para identificar a nuestros usuarios", dice Karen Reilly, directora de desarrollo de la organización.
"Los delincuentes son siempre los primeros en adoptar nuevas tecnologías", admite Reilly, y añade que, si no existieran los programas para conseguir el anonimato, estos "encontrarían otro método" de todas formas.
Fuente : RT
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