A
principios de octubre, el FBI llevó a cabo una operación policial
en la que desmanteló una red de tráfico de estupefacientes a través
del operador de Bitcoin llamado Ruta de la Seda (Silk Road). Su
operador, Ulbricht, está acusado de diversos delitos y de haber
escondido hasta 80 millones de dólares en Bitcoins.
Sin
embargo, el FBI ha sido incapaz de recuperar este dinero. Tampoco
está siendo fácil una evaluación completa de los activos que
estarían bajo el poder de esta red. Según los investigadores,
Ulbricht sería el propietario del 5% de todos los Bitcoins
existentes en el mundo bajo códigos encriptados que no han podido
ser descifrados.
En
este sentido, las autoridades policiales han transferido estos
Bitcoins a otra cuenta controlada por ellos mismos y, a partir de
ahí, seguirán investigando el origen del dinero y la identidad de
los clientes de este sistema delictivo.
Sin
duda, los principales perjudicados en esta operación son los
clientes que depositaron sus ahorros en la cuenta de Bitcoin abierta
para la inversión particular. A pesar de los daños causados, muchos
clientes no se verán afectados por la naturaleza anónima de las
transacciones realizadas. El FBI es incapaz de descifrar los códigos
que se utilizan en la red Bitcoin y, por tanto, no es posible la
identificación de miles de movimientos de pequeña cuantía que
equivalen a un único movimiento más grande para despistar al FBI.
De
esta evidencia pueden extraerse dos ideas que puede evaluar el lector
desde distintos puntos de vista: por un lado, Bitcoin es una red
construida de forma segura en lo que a privacidad se refiere a pesar
de poder ser utilizad como todo dinero para llevar a cabo actividades
delictivas, tal como muestra esta operació.
Fuente : forbes
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