Lo sabemos, la tecnología avanza a
un paso que no nos deja ver ni la huella; y es nuestra
responsabilidad mantenernos al día. Pero no todo va en torno al
desarrollo de gadgets o de mejores
Smartphones, la tecnología aplicada en la ciencia va
mucho más allá; y si nuestra atención se centrara en ellos,
probablemente serían más exitosos de lo que imaginamos
Más allá de los reflectores y el
marketing hay desarrollos tecnológicos que, de concretarse en sus
promesas y popularizarse, podrían revolucionar el mundo tal y como
lo conocemos.
El lugar común dicta que la nuestra es
una época de vertiginoso desarrollo tecnológico, de cambios
incesantes en el mundo de los dispositivos electrónicos que cada
cierto tiempo —muy poco para algunos— se superan a sí mismos en
la particular función que desempeñan.
Pero más allá de los reflectores —de
las computadoras y los gadgets que el marketing nos hace
creer importantes— existen desarrollos tecnológicos que, de
concretarse y popularizarse, podrían cambiar radicalmente el mundo
tal y como lo conocemos.
1. Secuenciador barato y veloz de
ADN
La secuenciación de ADN, uno de los
logros mayores de nuestra especie en los últimos años, se vuelve un
recurso cada vez más asequible, a diferencia de la época en que su
empleo costaba miles de millones de dólares (por ejemplo, durante el
tiempo del Proyecto del Genoma Humano). La reducción significativa
de costos en esta tecnología —actualmente se cotiza en mil dólares
por genoma— podría hacer realidad la medicina altamente
personalizada, en la que un tratamiento se dirigiría a un genoma
específico.
2. Dinero digital
La desaparición del dinero, del
“circulante” según la terminología técnica y ya un poco
anticuada, podría realizarse pronto para dar paso a monedas
digitales, lo cual supondría una de las mayores revoluciones
admitidas por el sistema financiero dominante, generando escenarios
en los que ciertas operaciones positivas para el sistema se
facilitarían y, al mismo tiempo, otras situaciones adversas podrían
potenciarse (fraudes, control de unos cuantos sobre la mayoría,
etc.).
3. “Memorisencia”
Neologismo que busca significar una
resistencia de memoria a corto plazo, la memorisencia [memristor] es
un desarrollo planteado originalmente en la década los 70 por Leon
Chua, de la Universidad de California en Berkeley. Su función sería
“recordar” cargas incluso cuando la energía se ha perdido, con
lo cual podría convertirse en un dispositivo de almacenamiento y
pieza clave de una hipotética computadora de recuerdos. HP construyó
un prototipo en 2008, pero la versión final se comercializará solo
hasta finales de 2014.
4. Robots con extravagantes y
futuristas habilidades
La robótica está llamada a construir
un mundo paralelo al nuestro y prácticamente autónomo, funcional
independientemente de la intervención humana (de hecho parece más
probable que sea nuestra especie la que dependa de ellos). Ya hoy uno
de los escenarios más comunes —pero que hace algunas generaciones
todavía tenía un tinte ominoso— es el de máquinas construyendo
otras máquinas, y el porvenir parece ensancharse en el mismo
sentido.
5. Biocombustibles
Nuestro desarrollo industrial se ha
centrado por más de dos siglos casi exclusivamente en los
combustibles fósiles, los cuales, por ser no renovables, nos tienen
al borde de una crisis energética que, según algunos, podría
evitarse con los biocombustibles. Además de su valor ecológico (son
menos contaminantes que los fósiles), los biocombustibles
representan uno de los mayores cambios en el paradigma energético
desde la Revolución Industrial.
Con todo, recordemos que si bien hay
métodos para obtenerlos a través de los desechos orgánicos (de
hecho Suecia importa la basura de sus vecinos europeos para su
programa de energía), en otros casos su síntesis se obtiene de
plantas como el maíz, con lo cual terrenos que de otro modo se
destinarían a la producción de alimentos, ahora se cosechan para el
aprovechamiento energético, sobre todo de países desarrollados,
abriendo así otra situación de desequilibrio e inequidad entre
países ricos y países pobres, entre alimentación o desarrollo
industrial.
6. Terapia genética
En la genética, claman algunos, se
encuentra el futuro de la salud humana. Si este campo cumple con sus
promesas, con el tiempo algunas enfermedades como la fibrosis
cística, que actualmente se tratan con cirugía, podrían
erradicarse sin ningún tipo de intervención invasiva, incluso
prevenirse con tratamientos indoloros. Asimismo, la genética abre la
posibilidad del “superhombre”: seres humanos con inteligencia o
memoria aumentadas o con un periodo de vida ampliada más allá de lo
que hasta ahora se conoce.
7. Interferencia del RNA
En 2006, el descubrimiento de la
interferencia del RNA (RNAi) le valió a Andrew Fire y Craig C. Mello
la obtención del premio Nobel. Su importancia radica en que gracias
a la RNAi es posible manipular los genes, destruir o interrumpir
mensajeros moleculares para activar algún gen en específico. En el
caso del tratamiento de cáncer y de la enfermedad de Lou Gehrig
(también llamada enfermedad de Charcot o esclerosis lateral
amiotrófica), la interferencia del RNA podría ser decisiva para
obtener la curación.
8. Electrónicos orgánicos
La simbiosis funcional entre tejido
vivo y tejido inerte, específicamente robótico, podría volverse
parte de nuestra cotidianidad inmediata, prótesis mecánicas que,
adaptadas cabalmente a nuestros sistemas orgánicos, nos volverían
mitad humanos y mitad máquinas. Entre las ventajas de este
desarrollo se encuentra un escenario en que un órgano dañado se
sustituiría con otro armado en un taller sin necesidad de esperar a
un donante. El verdadero reto se encuentra, sin embargo, en la
posibilidad de emular nuestro complejo sistema neuronal.
9. Energía solar concentrada
Se dice que la energía solar es tan
abundante como desaprovechada, pero quizá no por más tiempo. La
energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) es un
sistema de concentración y distribución masivas que, altamente
eficiente, permite montar plantas que generarían una enorme cantidad
de gigawatts de energía solar. Pero sus beneficios no terminan aquí,
pues la infraestructura también podría utilizarse como una estación
desalinizadora.
Fuente : Io9
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